Por qué debería preocuparnos más la inflación y los salarios
Soy pesimista, pero no por las pensiones. Ese no debería ser nuestro foco principal en este momento. Lo que realmente debería preocuparnos ahora son nuestros trabajos y salarios. ¿Por qué? Por el impacto de la inflación y la debilidad del euro.
La bandera de la UE “pisoteada" por el dólar |
La caída del euro frente al dólar ha sido un factor clave en el aumento de la inflación en la eurozona, ya que encarece las importaciones, especialmente las de energía y materias primas denominadas en dólares. Esto tiene consecuencias directas sobre nuestra economía, tanto para las empresas como para los consumidores. Ya hemos visto qué ocurre cuando los precios de la energía y las materias primas suben descontroladamente: un ejemplo evidente es la industria alemana, que está atravesando una crisis debido al aumento de costes y a la pérdida de competitividad.
Un dato clave: el euro frente al dólar
Un dato interesante para reflexionar: el euro alcanzó su máximo histórico de 1,59 dólares justo antes de la crisis financiera de 2008 en EE.UU. Desde entonces, hemos visto cómo la dependencia del dólar para el comercio global sigue siendo un punto débil para Europa.
Frente a este panorama, creo que la apuesta debe ser clara: debemos invertir decididamente en energías renovables para reducir nuestra dependencia de las importaciones energéticas cotizadas en dólares. Esto no solo mejoraría nuestra seguridad energética, sino que también impulsaría la creación de empleos en un sector clave para el futuro.
Paridad Euro-Dólar |
Soluciones para un futuro estable
Pero esta no es la única solución. También necesitamos:
- Más inversión en innovación y tecnología para fortalecer nuestra competitividad global.
- Una política monetaria más activa por parte del BCE, que permita estabilizar el euro y controlar la inflación sin sofocar el crecimiento.
- Un mercado interno europeo más fuerte y cohesionado, que fomente el consumo y la inversión dentro de la UE, reduciendo nuestra vulnerabilidad frente a crisis externas.
No debemos olvidar que vivimos en la UE. Si a Alemania, Francia o incluso España les va mal, es una señal alarmante para toda la región. La prosperidad de unos pocos países clave es fundamental para el bienestar de todos los europeos.
La verdadera estafa: el dólar
Y sobre las pensiones, un tema que ocupa titulares constantemente: no caigamos en el discurso del miedo. No, las pensiones no son una estafa piramidal. La verdadera estafa es otra: la dependencia global del dólar, que perpetúa un sistema que beneficia a unos pocos a costa de muchos.
Si queremos un futuro más estable y próspero, el camino pasa por reducir esa dependencia, apostar por un modelo energético sostenible y fortalecer nuestra posición como bloque económico.
Es hora de mirar más allá de los titulares alarmistas y centrarnos en los verdaderos retos: innovar, invertir y fortalecer Europa desde dentro.
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