El Futuro del Trabajo en la Era de la Inteligencia Artificial - Robando Tu Tiempo

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19 julio 2024

El Futuro del Trabajo en la Era de la Inteligencia Artificial

En un mundo cada vez más tecnológico, la inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente el panorama laboral. Avital Balwit, una joven profesional de 25 años que trabaja como jefa de personal del director ejecutivo de Anthropic, reflexiona sobre la posibilidad de que los próximos cinco años sean los últimos en los que trabaje de la manera tradicional que conocemos. Esta perspectiva no surge de circunstancias personales como enfermedad o fortuna financiera, sino de la inminente revolución tecnológica que amenaza con redefinir completamente el concepto de empleo.


Navegando el futuro laboral en la era de la IA
Navegando el futuro laboral en la era de la IA

La revolución silenciosa: Cómo la IA está cambiando el concepto de trabajo

El avance imparable de la IA

Balwit describe cómo, con cada iteración de los modelos de IA en su empresa, se enfrenta a sistemas cada vez más capaces y versátiles. Estos modelos ya pueden generar contenido coherente sobre una amplia gama de temas, resumir y analizar textos de manera competente. Como antigua escritora freelance, Balwit es especialmente consciente de cómo estas habilidades, que antes eran exclusivamente humanas, están siendo rápidamente igualadas o superadas por la IA.

La reacción general entre los trabajadores del conocimiento ante estos avances es a menudo de negación. Muchos se aferran a las áreas donde la IA aún tiene dificultades, ignorando la creciente lista de tareas en las que ya ha alcanzado o superado el nivel humano. Sin embargo, Balwit argumenta que la comparación relevante no es si la IA es mejor que el mejor humano en una tarea determinada, sino si es mejor que el humano promedio que normalmente realizaría esa tarea.



El impacto en diferentes sectores

Balwit prevé que la IA sobresaldrá primero en cualquier tipo de trabajo que pueda realizarse en línea. Esto incluye redacción, preparación de impuestos, servicio al cliente y muchas otras tareas que ya están en proceso de automatización. Incluso campos más complejos como el desarrollo de software y el derecho contractual están comenzando a sentir el impacto de la IA.

Sin embargo, no todos los trabajos se verán afectados al mismo ritmo. Aquellos que implican movimientos físicos delicados y variados guiados por conocimientos específicos de la situación, como electricistas, jardineros, fontaneros o joyeros, probablemente conservarán su relevancia durante más tiempo. Las industrias altamente reguladas como la medicina o el servicio civil también mantendrán la participación humana por más tiempo, aunque con un número decreciente de trabajadores cada vez más complementados por sistemas de IA.

Interesantemente, Balwit sugiere que habrá trabajos donde se preferirá a los humanos sobre las IA, incluso si estas últimas pueden realizar la tarea igual o mejor. Estos "trabajos nostálgicos" incluirían roles como consejeros, enfermeras, cuidadores de ancianos, maestros de preescolar o líderes religiosos, donde el valor radica en la relación humana más que en la eficiencia de la tarea.


El desafío psicológico del desempleo

Uno de los mayores desafíos que plantea esta transición es cómo afectará psicológicamente a las personas. Tradicionalmente, el desempleo se ha asociado con numerosos efectos negativos en la salud física y mental. Sin embargo, Balwit argumenta que muchos de estos efectos negativos podrían estar más relacionados con el estigma social y las dificultades financieras asociadas al desempleo que con la falta de trabajo en sí.

Citando varios estudios, Balwit sugiere que cuando el desempleo es generalizado y no se percibe como un fracaso personal (como durante la pandemia de COVID-19 o los cierres de plantas), los efectos psicológicos negativos pueden ser significativamente menores. Esto podría indicar que en un futuro donde el desempleo sea la norma debido a la automatización generalizada, las personas podrían adaptarse mejor psicológicamente.



Replanteando el concepto de trabajo

Balwit nos invita a reconsiderar nuestra concepción actual del trabajo. Señala que la cantidad de horas que las personas trabajan ha disminuido significativamente en los últimos 150 años, y que esta tendencia continúa a medida que los países se enriquecen. ¿Por qué, entonces, deberíamos asumir que la jornada laboral actual de 40 horas semanales es la cantidad óptima?

Además, Balwit explora cómo diferentes grupos han manejado históricamente el "no trabajo". Los aristócratas del pasado, por ejemplo, llenaban su tiempo con actividades sociales, pasatiempos, arte y filosofía. Aunque no tenemos datos concretos sobre su bienestar, la percepción general es que llevaban vidas satisfactorias.


El desafío del tiempo libre

Un aspecto crucial que Balwit aborda es cómo las personas manejarán grandes cantidades de tiempo libre. Citando estudios sobre el tema, sugiere que existe una relación en forma de U invertida entre el tiempo libre y el bienestar subjetivo. Es decir, tener muy poco tiempo libre es perjudicial, pero tener demasiado también puede serlo. La clave parece estar en cómo se utiliza ese tiempo: actividades "sociales" o "productivas" parecen ser beneficiosas, mientras que el tiempo "solo" o "no productivo" puede ser problemático.



Lecciones de otros grupos

Balwit examina varios grupos que pueden ofrecer perspectivas sobre cómo podría ser una vida sin trabajo tradicional:

  1. Jubilados: Aunque los estudios sobre el impacto de la jubilación en la felicidad y la salud muestran resultados mixtos, hay evidencia de una trayectoria en forma de U en la felicidad basada en la edad, con las personas mayores (generalmente jubiladas) reportando niveles más altos de felicidad.
  2. Mujeres: La entrada masiva de las mujeres al mercado laboral formal en el último siglo no parece haber aumentado significativamente su felicidad, lo que sugiere que el trabajo formal no es necesariamente un requisito para el bienestar.
  3. Aristocracia histórica: Aunque no tenemos datos concretos, la percepción es que estos grupos, que esencialmente vivían sin necesidad de trabajar, llevaban vidas satisfactorias llenas de actividades sociales, culturales y de ocio.

El futuro post-trabajo

Balwit especula sobre cómo podría ser una sociedad donde el trabajo ya no sea necesario para la supervivencia. Cita la serie de ciencia ficción "La Cultura" de Iain Banks, que describe una sociedad post-escasez donde la única necesidad insatisfecha es el deseo de no sentirse inútil. En este escenario, las personas encuentran propósito en actividades de exploración y mejora de otras civilizaciones.


Preparándose para el futuro

Balwit sugiere que podemos prepararnos para este futuro cultivando actividades que disfrutemos por sí mismas, independientemente de nuestra habilidad o eficiencia en ellas. Ya sea bailar, aconsejar a amigos, o practicar un nuevo deporte, el valor estará en la experiencia y la relación, no en la excelencia o la productividad.

Además, Balwit plantea la posibilidad de que las mismas IA avanzadas que nos desplacen del trabajo tradicional puedan ayudarnos a encontrar soluciones para la infelicidad o la pérdida de propósito que su llegada pueda causar.




¿Podríamos ser más felices en un mundo sin trabajo?

El artículo de Balwit nos presenta un futuro tanto desafiante como potencialmente liberador. Aunque la perspectiva de un mundo sin trabajo tradicional puede parecer alarmante, también ofrece la posibilidad de redefinir nuestras vidas de maneras más satisfactorias y significativas. El desafío será adaptarnos a este nuevo paradigma, encontrando propósito y satisfacción en actividades que vayan más allá de la productividad económica tradicional.

A medida que avanzamos hacia este futuro incierto, será crucial mantener un diálogo abierto sobre estos temas, considerando cuidadosamente cómo queremos dar forma a nuestras sociedades y vidas individuales en un mundo donde el trabajo ya no sea el centro de nuestra existencia. El artículo de Balwit sirve como un importante punto de partida para estas conversaciones, invitándonos a imaginar y prepararnos para un futuro radicalmente diferente, pero potencialmente más enriquecedor.


Avital Balwit vive en San Francisco y trabaja como jefa de personal del director ejecutivo de Anthropic. Puedes leer su artículo desde aquí

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