En la España de 1997, mientras el mundo se maravillaba con las incipientes
tecnologías digitales, en nuestro país ya gozábamos de un robot con
IA de última generación: Emilio. Sí, has leído bien. Emilio,
el robot mayordomo que, con su sonrisa eterna y su bandeja siempre en mano,
revolucionó los hogares españoles (y también el mercado laboral, pero ya
hablaremos de eso más tarde).
Emilio, robot con IA, España, 1997 |
Emilio: El Robot que Cambió los Hogares Españoles
Fabricado por la prestigiosa Giochi Preziosi y distribuido por
Bizak, Emilio era la última moda en robótica doméstica. Con un precio
de 17.995 pesetas (unos 184 euros actuales), este robot no solo vaciaba los
bolsillos de los padres, sino que también llenaba de ilusiones los corazones
de los niños. Y es que, ¿quién no quería un amigo robótico que pudiera
llevarle las galletas en una bandeja?
Pero Emilio no era un simple portador de aperitivos. No, señor. Este robot
tenía una misión mucho más grande: Su nombre original era
E.M.I.G.L.I.O (Electronic Mechanical Industrial Generated for
Logical Infiltration and Observation). Suena a algo sacado de una película
de espías, ¿verdad? Pues algunos decían que Emilio era un agente encubierto
en los hogares, observando y reportando cada movimiento. ¡Hasta se le acusó
de ser responsable del aumento del desempleo en España!
Imagínate la escena: empleadas del hogar llegando a trabajar y
encontrándose con Emilio, el robot, paseándose por la casa con su eterna
sonrisa plástica y una bandeja en la mano. “Lo siento, pero Emilio se
encargará de tus tareas a partir de ahora”. ¡Hasta los robots tienen que
ganarse la vida!
Sus tres modos de voz le permitían gastar bromas, responder preguntas y,
por supuesto, seguir tus órdenes al pie de la letra. ¿Necesitabas que te
trajera una cerveza de la nevera? Emilio ahí estaba, bandeja en mano y
sonrisa radiante. ¿Querías saber la hora? Emilio te la decía con su voz
metálica y amigable. ¿Sospechabas que tu pareja escondía secretos
inconfesables? Emilio, con su discreta presencia y su oído robótico, podría
ser tu mejor aliado... o tu peor pesadilla.
Y aunque en la caja rezaba “tu robot amigo”, muchos terminaron usándolo
como mayordomo personal. ¿Quién necesita amigos humanos cuando tienes un
robot que nunca se cansa, nunca se queja y siempre está listo para servirte
otro vaso de zumo de naranja?
Sea como fuere, Emilio dejó una huella imborrable en la memoria colectiva
española. Fue el primer robot con IA que muchos de nosotros conocimos, y
aunque su funcionalidad era limitada y su precio desorbitado, nos conquistó
con su sonrisa eterna y su espíritu servicial.
Hoy en día, Emilio se ha convertido en un objeto de coleccionismo codiciado
por nostálgicos y amantes de la tecnología retro. Un pedacito de la historia
que nos recuerda que, incluso en los años 90, Emilio fue un adelantado a su
tiempo, un pionero de la inteligencia artificial en los hogares
españoles.
¿Quién necesita a Skynet cuando tienes a Emilio? ¡Un brindis
por el robot que nos enseñó que el futuro estaba en la sala de estar… y
venía con bandeja incluida!
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